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Tiempo de arte y lujuria
05:07
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Que del hecho de amar a ajena criatura, que de su tierna tez desprende el salvaje aroma de la pasión, destinada labor maternal junto al hombre de reconocida furia.
Él quien profana la inocencia se pregunta:
“¿Quién eres?. Extraña y luciente esposa que desde la niñez me fuera encomendada. Niña de mi desvelo, misteriosa mujer dispuesta a ser madre. ¿Eres acaso un mar, tan lejano, indescifrable en su tumulto?”
Él le observa mientras duerme y se toma el corazón que a fuerza mayor a ella perteneció. Solo tomó tiempo para que la llama de la furia se extinguiese, sometida ante un mayor poder.
Perpleja por los hechos, Erzsebet ensimismada en su amado, toma la mano del cuerpo exánime y pronuncia las palabras al viento.
“Yo era eso, Ferencz, dos ojos que oscuramente miraban absortos. Mi cuerpo no existía ni existió hasta mucho después. A pesar de tus manos que anhelando a tientas me arrancaban la ropa, a pesar de tu boca buscadora y de la espina sorda que se clavó en mi entraña. Penetrada te miré y cerraste unos ojos que no volverían a abrirse para los míos. Ahora estamos enfrentados nuevamente, mis ojos indagando tu misterio y los tuyos cancelados para siempre. Deja que contemple lo que el pudor vedará a los extraños.”
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3. |
El guerrero
05:08
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4. |
N.N.
03:21
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5. |
La encomienda
04:11
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Ciclos de la luna
de espejo cambiante
reciban la fatiga
de Ferencz Nádasdy.
Costas, mares
llanos y montañas
que supieron su arrojo,
escuchen mi plegaria.
Lobos de corazón frío
aúllen en manadas
por este Conde aguerrido,
carente de madrugada..
Sosegado en el corazón
De una lujuriosa amante
Desesperada meretriz
Autocomplaciente de la libido
Lobos de frío corazón
Preserven la memoria
escrita con la sangre
del turco derramada.
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6. |
Evocación, izando velas
04:15
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7. |
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8. |
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